El payaso está desnudo, sentado en mi cuarto. Hace tiempo que lo amo, tanto que sus pocas arrugas me parecen graciosas, y entiendo su sonrisa.
Dejé de escuchar ruidosa la carcajada del payaso. Su panza es su forma, sus manos son cálidas, está desnudo en mi cuarto. Ya sé que los payasos no avanzan, ya sé que apenas envejecen cuando uno los toca sin miedo, los invita al sexo, los ve sudar, les conoce el sabor.
No es malo el payaso. Está simplemente desnudo, casi como una fruta que se ha comido, el corazón de la manzana mordida, el resto del jugo de la pera en el plato. El esqueleto del racimo de uvas. Aún así no es seco, sino simplemente un payaso desnudo. Sentado en mi cuarto.
Fuma el payaso. Se fuma a todos sus parientes y amigos. Se fuma lentamente toda su vida. Se fuma su trabajo y sus horas de sueño. El payaso fuma casi sin parar y los dientes se le van poniendo negros, pero su sonrisa nunca es negra.
Por fin se viste. Sale meneando los hombros como campechano, como haciendo el mundo a su cuerpo vestido. De payaso, claro está.
sábado, 10 de enero de 2009
El payaso
Etiquetas: cuento
sábado, 3 de enero de 2009
Marca
¿El destino nos había marcado? Es terrible añorar el futuro y realmente no saberlo. Es como tener el conocimiento de lo que va a pasar y no poder verlo. Escondido, en un cajón de nuestra casa, como aquellas cosas que guardamos alguna vez para deleitarnos en el futuro, y ya olvidamos completamente. Que las encontremos o no, revolviendo un día de mudanza o esos histéricos días de limpieza, es algo que está escrito en alguna parte, creo saberlo.
Las palabras, por cierto, no son opacas a nuestro destino. Y cuando hablo de destino no pienso en un final, no creo en ese sitio al que se llega, más bien veo estaciones de paso o mejor aún, esos prados inmensos que una ve por la ventanilla del ómnibus cuando se va de vacaciones. Esos verdes inmensos que nunca tocamos pero siempre nos besan los ojos con frescura, incluso llegan a aburrirnos.
¿El destino nos había marcado? El boleto, el pasaje, ya viene escrito, con letras y números que a veces no entendemos, significados que nos son ajenos. Únicamente podemos comprarlo o aceptarlo. Por ese instante el boleto nos marca... Y nosotros lo marcamos a él.
Etiquetas: soy subjetiva
Volver
Sí, estoy intentando volver. Armada con el mate y tratando de no pensar demasiado en lo que escribo (o nada) me siento otra vez a teclear. Y siento que hay un lindo fluido que quiero repetir, un lindo fluir. Ojalá este año todo sea así, fluyendo y fluyendo, suave y libremente, como si fuera simplemente agua. ¿No dicen que somos 80% de agua? Deberíamos fluir, entonces!
Besos a tod@s de año nuevo!
Etiquetas: soy subjetiva
martes, 9 de septiembre de 2008
El odio
¿Se puede realmente odiar algo de manera cotidiana? O mejor dicho: ¿es tan fácil odiar algo, tan habitual y sencillo?
Me cuesta creer que a la mayoría nos resulte fácil desear la completa destrucción de una persona, desear un asquerosamente agónico sufrimiento, la destripación total, lenta y dolorosa de una persona o que se le mueran todos sus parientes mientras él ve lo que pasa. O que pierda los dedos uno a uno mientras su cerebro se ve atorado de sensaciones bioquímicas de ese dolor que rasga los tejidos del corazón, un dolor inimaginable.
Tengo un ejemplo: una cosa es decir que nos gustaría que Bush (persona por muchos "odiada") no hubiera existido o que queremos que desaparezca ya y sea sustituido por alguien "mejor". Otra cosa diferente es entregarle tanta de nuestra peor oscura energía y desear encerrarnos con él en una habitación a torturarlo. Más allá de que en definitiva haríamos algo parecido a lo que él hizo (viejo tema de las películas hollywoodences), estaríamos perdiendo tiempo en eso. No creo que las venganzas sangrientas y eternamente dolorosas nos aporten nada. Creo que el odio, por más que se sienta en un segundo de profunda ira, no nos aporta. Sí creo que llevarlo adelante nos envilece.
Etiquetas: soy subjetiva
jueves, 28 de agosto de 2008
Agua y no polvo
mi cuerpo sería una serpiente renga
arrastraría mis sonrisas
y me dejaría llevar por el frío viento
Si pudiera moverme desde el miedo
haría un bollo cálido entre tus brazos
y giraría esféricamente dentro tuyo
hasta que el calor nos consumiera
Si pudiera moverme desde el miedo
lo gritaría tan afuera, tan alto y tan lejos,
que se le caerían todos los pelos de la cabeza
como la carcajada cae en la boca de un anciano
Etiquetas: poesía
lunes, 18 de agosto de 2008
Hermoso
es descolgarme como una gota de miel
encima de tu pene
y
chorrearme en todo tu cuerpo
mientras te siento nadar, nadar y nadar
hasta tu muerte
Etiquetas: poesía
lunes, 14 de julio de 2008
El vacío
Me siento sola hoy más que nunca, y me doy cuenta de que esta sensación de soledad (que no es tristeza ni dolor) es como una semilla para lo que vendrá. Me hará crecer, lo sé bien, pero mientras tanto... Oscuridad.
Y siento que no he perdido nada. Aunque vea al día irse en un atardecer colorado, el mar y la arena fría, siento que no se han ido las cosas que más amo. Me acompaña la música, el cielo uruguayo, la luna que siempre estará allí, los amigos del alma, yo misma estoy conmigo. Esta no es una soledad con filos y cortante, es más como la meditación, pero en algunos rincones se siente un vértigo feo... el vacío. ¿Se llena con una pregunta o con una respuesta?
Aún no lo sé.
Etiquetas: soy subjetiva
domingo, 6 de julio de 2008
lunes, 23 de junio de 2008
Agua y fuego
pero no me moja
cuántas noches canté
por esta luna roja
Sexo sexo sexo
los dioses deben estar viendo
marionetas son las letras
corazón y pensamiento
dejar algo debí
la maquinaria y los relojes
me siento un maniquí
que no quiere descansar
y se moldea en la fragua
nado, nado y no me moja
arriba la luna roja
y abajo el paraguas
Etiquetas: poesía
jueves, 5 de junio de 2008
Creer o no creer
Una vez fui a hotel
otra vez burdel
y no lo encontré
pero me frustré
no me crea usted
no me crea usted
no me creas más
no me crea usted
cuatro días más
sin poder tocar
claro que ya fui
claro que volví
no me creas vos
no me crea usted
me quedé sin voz
cuando lo encontré
lindo amanecer
entre césped gris
la vieja está allá
la joven aquí
cuatro días más
para subsistir
lo podré enviciar
pero no vivir
no me creas más
no me crea usted
váyase de aquí
viejo perejil!
escuchando are you there KLINT
Etiquetas: poesía